Buscar este blog

viernes, 19 de septiembre de 2025

SELOS MUNICIPAIS DA MARIÑA DE LUGO.

 

Neste artigo imos amosar algúns selos municipais de concellos radicados na nosa Mariña. Certamente non están todos, tan só aqueles dos que se conservou a documentación que enviaron no ano 1876. Esta, na actualidade, pódese consultar na páxina https://pares.mcu.es e será a que nos serva a nós como fonte documental.

Veremos como algúns dos selos municipais non variaron en nada, ou moi pouco, dos que se empregaban en 1876; máis tamén asistiremos á transformación, completa – e de dificultoso entendemento – doutros selos.

Concello de Alfoz. 



Comezaremos polo selo municipal do concello de Alfoz, do que a documentación oficial de 1876 nos di que “Este sello se usa desde el año 1848 y ninguna noticia hay de que hubiera usado otro alguno anteriormente, y ésta representa el castillo del Castro de Oro, que fue avitado antiguamente por el Mariscal Don Pedro Pardo de Cela. Alfoz, 17 de octubre de 1876”. Asinaba este documento o alcalde, nese momento, do concello, don Pedro Cuadrado

O selo actual do concello de Alfoz mantén o mesmo deseño aínda que con certas variacións no debuxo da torre.


Concello  de Barreiros




O primeiro deles é o selo que se emprega na actualidade no citado concello, mentres que o segundo, en 1876, dísenos que “Este sello es el primero que se usó en este Distrito y comenzó a usarse por el año 1841. Las armas y signos que aparecen en el sello no tienen antecedente histórico conocido y se cree son arbitrarias o producto de la imaginación de quien lo encargó”.

Se ben ninguén asinaba o documento, redactado o 10 de abril de 1876, nesa data era alcalde don Xoán Gómez.


Concello  de Cervo.

 


O actual representa un cervo e dúas áncoras que deben de facer referencia ás actividades mariñeiras, tanto de antaño como na actualidade.

No do ano 1876, o alcalde do concello, don Carlos Iañez, comentaba o selo da seguinte maneira: “Un puente y sobre él un ciervo y sobre éste una corona intitulada.

El emblema de este sello es como se ve la figura de un ciervo y no existe en el archivo de este Ayuntamiento documento alguno que acredite su procedencia.

Supónese que es simplemente alusivo al nombre de la cabeza de estte distrito, Cervo, que en castellano significa ciervo mas bien que a la espresión simbólica que en heráldica se da a este cuadrúpedo.

Es tradición que en remotos tiempos a la señora del apartado lugar de Roeta, al borde del mar, se apareció varias veces un ciervo cuando desde su lugar atravesando un lugar fragoso y en lo antiguo cubierto de espeso bosque, se sentaba a descansar antes de llegar a la parroquia de Rua de los caballeros a donde se dirige a oir misa; cuyo acontecimiento dio margen a fundar una capilla en aquellas inmediaciones, las cuales poblándose  poco a poco en la sucesión vinieron a constituir el lugar llamado “do Cervo” o simplemente Cervo.

En el sello del ayuntamiento falta una corona real que estaba dispuesta sobre las astas del ciervo, así como el lema que bordea la figura, falta la palabra Cervo. Ambas inutilizaciones las sufrió el sello cuando en 1868 la junta revolucionaria de Vivero quiso reunir en aquella capital del partido judicial todos los Ayuntamientos  rurales y obedecieron a ideas del momento algún tanto prematuras”.

Concello  de Ferreira.

 

 


 O 21 de setembro de 1876, o alcalde de Ferreira, don Xoán Carballés, afirmaba que o escudo que se empregaba era o segundo que vemos, no que se representan as armas de España, cos castelos, os leóns, as flores de lis e a granada. Este era o que empregaban, tal e como nolo narra o citado alcalde “Como el mismo demuestra, no tiene mas emblema que el escudo de armas de España.

Hasta el año 1842, en que se mandó abrir por primera vez, no hubo aquí ningún otro.

Entonces se pensó en que figurase en él el sol sobre un valle, pero no pareciendo bien a algunos este emblema, se adoptó el escudo de armas de España”.


Concello  de Foz.

En 1876 empregaba o concello de Foz como selo o escudo coas armas de España, pero, xa a fins do século XIX comezará a empregar o escudo co barco, en referencia ao movemento portuario existente na capitalidade municipal, movemento tanto comercial como de pesca.

O outro elemento, ás árbores, fan referencia á importancia que tivo a madeira neste concello, converténdose na materia máis exportada, tanto en volume como en peso, dende finais do século XV.



 


Concello  de Lourenzá.


  

O escudo actual de Lourenzá representa o seu pasado,  cando os abades do mosteiro controlaban a vida cotiá, os impostos, a relixión e a política (non esquecemos que era o abade o que elixía ao alcalde do estado nobre como ao do estado peiteiro). As cunchas fan referencia ao paso polo seu territorio do Camiño de Santiago – Camiño Norte -  e as espigas referencian o peso que a agricultura, en concreto o cultivo da faba, ten neste concello.

En 1876, un 14 de outubro, o alcalde, don Xosé Aenlle e Rocha explicábanos cal era o significado do escudo que empregaban el anterior sello trae su origen en un puente construido desde tiempo inmemorial, situado en los arrabales de esta villa y conocido como puente de la piedra, que hoy no tiene servicio, porque a consecuenda de la travesía de la carretera de Villalba a Oviedo, que pasa por dicha villa, se   aformado otro más arriba; cuyo sello viene usando del ayuntamiento desde 1840 hasta la fecha”.


Concello  de Mondoñedo.

  

Non varía en nada o seu deseño dende a primeira metade do XIX ata a actualidade. En 1876, un 17 d eoutubro, o alcalde, don Manuel Pardo Montenegro, explicaba o significado deste selo coas seguintes palabras: Este sello existe y se usa desde el año de 1863.

Hace por armas un escudo y un cáliz de oro con Hostia encima; debajo las iniciales mayúsculas M. O., y encima de todo una corona real por timbre. En ambos lados aparecen mas que seis en este sello, sin duda el gravador del mismo suprimió una para la simetría de aquellas.

El cáliz con la Hostia forman las armas generales de Galicia. Tuvieron origen de los varios concilios celebrados en este antiguo Reyno contra los priscilianistas, herejes sacramentarios que negaban verdadera carne o cuerpo en Nuestro Señor Jesucristo y por consiguiente su presencia corporal y real en el Sacramento. De aquí que no consagraban en el sacrificio ni comulgaban. Contra estos errores se reunió el Concilio 2º de Braga, presidido por  San Martin, con un acuerdo del rey de lo suevos Ariamiro o Teodomiro el año 572. De aquí arranca la exposición continua del Santisimo Sacramento que solo se conserva en Lugo, pero que ha sido común a otras Yglesias de Galicia. Al dicho concilio asistió el primer obispo de Britonia, Mailoc, quien suscribe el último de los presentes como de reciente creación.

Las iniciales M.O. dicen Mondoñedo.

La corona real por timbre indica el antiguo Reyno de Galicia independiente en algunas épocas del de Castilla y ademas la cualidad de realenga que tuvo esta ciudad antes de ser cedida a los obispos por el rey Fernando 4º en 1311.

Las siete cruces pequeñas parecidas a estrellitas que se colocan a los lados del cáliz sobre campo azul, cuatro a un lado y tres al otro, denotan la religión católica o del crucificado que siempre han profesado las siete antiguas provinicias de Galicia.

Las iniciales M.N. que se hallan después de las palabras Alcaldía Constitucional significan Muy Noble, cuyo título así como el de Fiel y Leal fue concedido a esta ciudad por los importantes servicios que ha prestado en varias épocas de que por su antigüedad y por los incencidos que sufrió el archivo de este ayuntamiento no se conservan en el mismo documentos referentes al asunto”.


Concello  de Ribadeo.

  

Tampouco variou o seu selo o concello de Ribadeo, pois o que nos conta o alcalde ribadense, don Xosé María Sela, o 23 de setembro de 1876, sobre o selo que se empregaba nesa data ben podería aplicarse ao da actualidade “Origen y circunstancias. A pesar de que existen en el archivo acuerdos del Ayuntamiento desde el año de 1564, ninguna razón se encuentra respecto al origen y circunstancias del primitivo sello que va figurado, el cual vino usánose hasta la época constitucional, en la que fue reemplazado por el que aparece en pliego aparte (refírese ao escudo que está no centro).

No hay recuerdo, ni vestigio alguno, del sello que usaba este Cabildo cuando Rivadeo formaba parte del señorio y condado de su nombre, que perteneció primero a Mosen Pere de Villanes, llamado el Bègue, o tartamudo, después al condestable Ruy Lope Davalos; después, por la confiscación de bienes a este, a don Rodirgo de Villandrando y sus sucesores, hasta que por casamiento de don Rodrigo de Silva Sarmiento y Villandrando con doña Ysabel Margarita Fernandez de Hijar pasó a los duques de este nombre, hoy condes de Rivadeo, como se escribe ahora, o Ribadeo, como se debiera escribir.

Según tengo, entendido en los últimos tiempos de la Edad Media solo existían en Galicia tres plazas fuertes amuralladas, que eran Lugo, Tuy y Rivadeo y sin duda a esta circunstancia aluden los tres atributos del sello que hoy usa este municipio; la estrella por hallarse esta villa al norte de Galicia y de España, la llave por ser plaza murada y la mar por ser puerto mercantil de importancia antigua.

La villa tiene por armas, según noticias, el escudo de los Villandrandos, cuartelado en esta forma: en el primer cuartel alto de la derecha una escaqueada de oro y negro en campo blanco; en el primer cuartel alto de la izquierda tres fajas azules en campo de oro; y en los dos inferiores lo mismo, en orden contrapuesto, orlando todo el escudo ocho castillos dorados sobre azul, pero tampoco de estos hay vestigios en el ayuntamiento”.

Concello  de Xove.

  


 

Este é un dos selos que máis variou; supoñemos que o actual fai referencia á riqueza de pesca, de madeira e industrial, pero en 1876 (o que está no medio) empregaban outro ben distinto “Ostenta este sello el cerquillo de su escudo de armas y un jabalí en su centro.

Data su origen desde la creación de los ayuntamientos, el cual es desconocido y solo puede atribuirse esta alegoría a capricho de su autor”.

O da dereita, coas armas do estado español, foi o que se empregou ao longo de todo o século XX.

 

  Concello  de Viveiro.

 


“Al darse orden por el Gobierno, hace muchísimos años, para que usasen sellos los Ayuntamientos, casi todos eligieron los símbollos de sus armas a capricho; pero Vivero no obró de esa manera porque, de muy antiguo, tenia las suyas, armas, que como las del sello, se encuentran esmaltadas en el interior de la antigua casa de Corregidores y en la puerta del puente y tambien se hallaban en las demas puertas de la muralla que cerraba el pueblo. Dichas armas debieron se adquiridas por los naturales del pais que prestaron grande ayuda a don Pelayo cuando la Reconquista.

A pesar de que los precisos documentos sobre las preeminencias de este pueblo han sido llevados a Madrid por un comisionado, hace largo tiempo, sin que pueda precisarse el siglo en donde han quedado, se sabe, no obstante, que en este pueblo quedaron puestos por don Pelayo cuatro esforzados capitanes con grandísimas preemiencias para que guardaran el pais; mas como se aumentase el número de familias de la procedencia de los citados capitanes, y entrase la división y discordia entre ellos, perdieron poco a poco dichas preeminencias pero nunca consintieron, tanto ellos como sus familias ni los demas vecinos, el ser subyugados por ningún magnate estraño. Esto produjo desgracias sin cuenta y hasta guerras sin poder, no obstante, hacer bajar la cerviz a nuestros antepasados.

Entre los magnates que pretendían tener preeminencias sobre este pueblo se contaban los obispos de Mondoñedo, bajo el título de Señores de Vivero. Llamaron tanto la atención en aquella epoca estos disturbios que obligaron a decir al Rey que Viveero no era de nadie, de ningun señor particular, por grande que fuere, sino de el.

Agradeciendo los naturales dieron las gracias a su Rey pero no se contentaron con aquello sino que lograron conseguir, no solo de aquel Rey, si no de sus sucesores al tiempo de subir al Trono, que ademas de los juramentos de costumbre jurasen de no enagenar Vivero, remitiendo a la principalidad acta formal de esto mismo, que hcieron varios reyes hasta doña Ysabel la Catolica, inclusive.

Respecto de lo que significa en Heraldica las ramas, lo ha de descifrar mejor la sección de Sigilografía, pero por lo que pueda importar consignare lo que hai. El león es simbolo de toda idea de nobleza, valor, ánimo generoso, pecho esforzado, corazón guerrero y de Real gallardía, espíritus que todo concuerda con lo que va dicho respecto de los capitanes y altivez del pueblo, que en los tiempos antiguos no han podido subyugar. El puente, pasando agua como pasa por los doce arcos de que se compone, espresa la unión de alguna plaza o provinica con la Corona y es geroglífico de armas. El copón es signo no solo de religiosidad si no de que se esta pronto a derramar la sangre en su defensa”.

Quen isto asinaba, o 4 d eoutubro de 1876, era o seu alcalde, don Victor Ávila.

 

martes, 24 de junio de 2025

XOSÉ ALONSO RAMOS, BENFEITOR DE VILARONTE.



Neste artigo imos falar da figura, que non da obra, dun veciño de Vilaronte; intentarémonos achegar á vida de Xosé Alonso Ramos. Vida que ten valor pola súa obra, a fundación da escola pía de Vilaronte, tamén coñecida como a escola de Xinzo.

O cronista oficial de Mondoñedo, don Eduardo Lence Santar, escribía no xornal El Progreso de Lugo (1917, 28 de abril) un extenso artigo sobre a vida e a figura deste home.

Despois da lectura dese artigo, ademais da consulta dos protocolos notariais nos que se fai mención a Xosé Alonso, podemos dicir que este era fillo de Carlos Alonso Ramos e de Xosefa Blanco Legaspi, ambos veciños de San Martiño de Mondoñedo, e que casara dúas veces: unha con Nicolasa Pillado (falecida en marzo de 1823) e outra, con Antía Basanta (a voda tivo lugar entre xullo e agosto de 1825). En ningún dos dous matrimonios tivo descendencia Xosé, pois Antía tiña un fillo do seu primeiro matrimonio.


Matrimonio galego de fins XIX.. Sindo Penelas García, en Ollar Galicia. 

Xosé entrou na historia do noso concello por ter fundada unha escola de nenos e nenas no lugar de Xinzo; mais, neste artigo tan só imos falar da figura de Alonso Ramos, pois, en posterior artigo afundirémonos no estudo da mencionada escola.

Dicíamos antes que casara dúas veces e que en ambas ocasións non tivera fillo algún, feito que, supoñemos, o motiva para levar a cabo tal fundación.

Do que si lle quedara do primeiro matrimonio fora dous cuñados (Xosefa Pillado e Xosé Corral); este último será o encargado de levar a cabo, seguindo o estipulado no testamento, a fundación da escola pía.

O seu segundo matrimonio será con Antía Basanta. Esta era filla de outra Antía Basanta e de Francisco Fanego, ambos veciños de Vilaronte.

Antía era, como Xosé Alonso, tamén viúva. Estivera casada con Xoán Alonso Rigueiriña, falecido este en novembro de 1821; quedando do matrimonio un neno chamado Manuel.

O primeiro marido de Antía, Xoán Alonso Rigueiriña, veciño de Vilaronte, destacou como piloto dunha goleta, a Nosa Señora do Carme, coa que comerciou con Burdeos e levou a cabo accións corsarias ao servizo de armadores corsarios de Baiona. Resulta tan interesante a vida de Xoán Alonso que coidamos que ben merece un artigo aparte.

Volvamos á voda entre Xosé Alonso Ramos e Antía Basanta que, polo que sabemos, eran primos, razón pola cal tiveron que pedir permiso papal para poder casar “que siendo como son parientes pro grado de afinidad para contraer matrimonio acudieron a su Santidad” (Arquivo Histórico Provincial de Lugo. Protocolos Alonso Samaniego. 1825, 27 de xullo).

Cando tivo lugar a voda?

Na consulta de protocolos notariais atopámonos cun datado o 27 de xullo de 1825 no que, tanto Xosé Alonso como Antía Basanta, aparecen como solteiros; pero noutro do 8 de agosto dese mesmo ano xa os referencian como casados. Resulta curioso que a redacción deste último  protocolo levouse a cabo “en el lugar de la Espiñeyra y situacion que nombran de la Boleta, feligresia de San Juan de Villaronte”; edificación que continúa existindo hoxe en día baixo o apelativo de Finca Goleta e na que moraba o novo matrimonio.

Xosé Alonso Ramos, ao outorgar o testamento, no mesmo que funda a escola de Xinzo, estipula o seu desexo de ser soterrado no campo santo de Vilaronte dentro dunha caixa de madeira, amortuxado co hábito do Carme, e sobre o seu cadaleito manda colocar unha cruz de madeira de castiñeiro “de la altura de seis cuartas y una de ancho, pintada de verde con la inscripción que esprese mi nombre y apellido, el día en que halla fallecido y en que edad y su final las dulces palabras de Pater Nostri Ave Maria Gloria Patri, con la figura de una calavera y los huesos cruzados”.

 

De onde lle ven a riqueza a Xosé Alonso Ramos?

 

Todo nos fai pensar en que xa o pai era un home con capital económico, pero debemos seguir investigando ata poder afirmalo.

Os eixes da riqueza de Alonso Ramos sustentábanse en catro piares:

1. Administración de Fincas.

Nun protocolo do 13 de abril de 1825 aparece o noso protagonista como “administrador general de los bienes y haciendas de la casa principal de la torre en este partido, de la que es dueño el caballero don José Quiroga y Quindós” (Arquivo Histórico Provincial de Lugo. Protocolos Alonso Samaniego. 1825, 13 de abril). Polo tanto, Xosé era o encargado de cobralas rendas das fincas pertencentes á casa-torre de Vilaronte, traballo polo cal cobraba, seguramente, u bo estipendio.

 

2. Aluguer de Bois.

Na relación de bens que executa en xullo de 1825, para inventariar os bens que aporta ao segundo matrimonio, figuran un total de 30 bois,12 vacas, 2 xatas e 1 macho valorados todos en 13.945 reais. Como ninguén pode manter tanta gandería na casa, e para sacarlle beneficio, tiña alugcados os animais nas seguintes parroquias:

En San Martiño de Mondoñedo e San Xoán de Vilaronte 17 persoas levábanlle alugados 17 bois, 12 vacas, 2 xatos e 1 macho; ascendendo o total do aluguer á cantidade de 9.745 reais.

Na parroquia de Santiago de Foz catro persoas levaban un total de 7 bois valorados en 2.450 reais.

En San Acisclo unha persoa leváballe un boi valorado en 450 reais.

En Bacoi unha persoa leváballe dous bois por 500 reais.

En Santo Tomé de Recaré unha persoa levaba dous bois por 800 reais.

Na casa tiña Xosé Alonso dous bois, que empregaba na labor do campo, valorados en 800 reais.

En 1826, Francisco Bello, veciño do barrio de Cainzal, aseguraba ante o escribán que Xosé Alonso “le tiene puesto una yunta de bueies para el grangeo de su labranza”; tendo que pagar todos os anos nove ferrados de trigo. Para avalar o pago hipotecaba un prado, de tres ferrados, que tiña no lugar da Arnela.

Nese mesmo ano alugaba a Xosé Nécega outra xunta de bois por 8 ferrados de trigo limpo e colocado na casa de Xosé Alonso, hipotecaba para facer fronte ao pago unha herdade que tiña en Peizás. 

 

3. Comercio de Liño.

No inventario mencionado de 1825 figura un total de 2.000 reais invertidos en lenzos.

Na documentación anteriormente citada figuraba tamén certas débedas monetarias produto do comercio de liño que radicaban nos seguintes lugares:

Madrid.

Cosme Alonso Ramos, seu irmán, afincado en Madrid, debíalle 129.956 reais; aínda que descoñecemos se todos eses cartos son froito do comercio de lenzos.

Outras persoas que lle debían cartos por este comercio eran: Bernarda Luengo, da mesma localidade, 3.881 reais. Tareixa Hortal e fillo, 3.645 reais. Manuela de la Peña debíalle 2.013 reais.

Xetafe.

No ano 1828 Xosé Alonso recoñecía, ante o escribán, que o 31 de xullo de 1825 enviara a Manuel García, veciño de Xetafe, “partida de lienzos, continuando desde entonces hasta ahora, remesándole mensualmente en distintas cargas del mismo género, importantes unas y otras, la cantidad de ciento setenta y ocho mil treinta y ocho reales” (Arquivo Histórico Provincial de Lugo. Protocolo Xoán Antón Millán. 1828,10 de setembro).

O citado Manuel debíalle o total de 37.428 reais.

Outra persoa, veciña de Xetafe, era Xerome García, que si ben estaba aveciñado nesta poboación era  natural da parroquia de Arante, e debíalle un total de 1.363 reais. Domingo García, alias Paleo, tamén de Xetafe, debíalle 1.802 reais. Por último, Domingo Rodríguez, alias Costa, tamén desa poboación debía 13.954 reais.

 

 Tasca do liño. Mª Xesús Vázquez Castro, en Ollar Galicia.

Maragatos.

Xosé Alonso, maragato veciño de Astorga, débelle ao veciño de Vilaronte a cantidade de 2.514 reais. Marcos Otero, maragato de Lagunas, Astorga, 8.345 reais. Francisco Junquera Valadrón e seu irmán, de Villar de Ciervos (concello de Santa Coloma de Somoza), débenlle 6.913 reais. Manuel Fuertes, maragato veciño de Villa Libre, 800 reais e Brais Rodríguez, maragato veciño de Santiago Millas, 2.814 reais.

 

4. Préstamos monetarios.

No século XIX, e ante a inexistencia dunha rede crediticia, eran as persoas con pecunio as que prestaban cartos aos demais. Non era unha obra caritativa, senón un negocio, tal e como acontece hoxe en día cos bancos.

As persoas que prestaban recibirían a cantidade prestada máis os intereses; pero, para evitar un impago, algo que podía producirse, os prestamistas soen esixir que se hipoteque unha propiedade, que serve de aval e garantía en caso de non pagar.

Como Xosé Alonso era o encargado de cobralas rendas da casa-torre de Vilaronte presumimos que tería efectivo, do cal reservaría unha cantidade para préstamo.

Cando o noso protagonista realiza o inventario de bens anota, como debedores de cantidades económicas ás seguintes persoas:  

Manuel García, veciño de Cabarcos, debíalle 7.136 reais; Manuel María Pardo e Villares, prior de San Martiño de Mondoñedo, debía 2.000; Francisco Palmeiro, de Budián, 1.000 reais; Antón Rodríguez, de Foz, 5.000 e seu irmán, o presbítero Pedro Rodríguez, a cantidade de 945 reais; Antón Mariño, tamén de Foz, debía 1.390 reais.

Se sumamos todo o que figura en concepto de débedas danos unha cantidade de 207.428 reais, que semellan unha fortuna para a época.

Pero claro, Xosé Alonso tamén debe cartos a certas persoas:


A Elías Fernández, de Vilaronte, 10.445 reais.            Ás amas do cura de Vilaronte, 33.000.

A Francisco Rodríguez, de San Martiño, 3.756.          A Antía Basanta, 11.669.

A Carlos Fernández, de San Martiño, 1.254.               A Antón Casas, comercio de Ribadeo, 11.801.

Ao Cabido de Mondoñedo 200 reais.

 

Sumando as débedas danos a cantidade de 72.125 reais.

Ata o de agora isto é o que podemos dicir dese benfeitor de Vilaronte, polo menos da súa vida e negocios, pois as súas obras benéficas serán obxecto dun novo artigo.

 

 


jueves, 15 de mayo de 2025

A FESTA DO SANTO ENTRE OS SÉCULOS XVI E XIX.

 

                                              O Santo, 1962. Facebook Antiguas Fotos de Foz. Cilia de Torna. 2018, 10 de maio.

O fin de semana pasado, o que abarcaba os días 9 a 11 de maio, no monte da Agrela tivo lugar, outro ano máis, a festa do Santo, na que se conmemora o milagre que San Gonzalo realizou e polo cal as costas da diocese mindoniense, e sobre todo San Matiño e Foz que eran onde ían desembarcar, se libraron das espadas dos normandos (viquingos se o preferimos).

Esta festa foi mudando ao longo do tempo e pasou de ser unha reunión de familias e grupos de amigos xuntos no monte durante todo o día da festa a grupos, familias e pandillas acampadas no monte do Santo durante tres días.

Neste artigo imos abordar o tema da existencia desta festa no século XVI (probablemente) e XVII (tal e como asegura a documentación) e a súa continuación durante o XIX. O estudo desta festa no século XX merece un capítulo aparte, por iso non o incluímos neste de hoxe.

A festa na honra de San Gonzalo comeza o fin de semana anterior ao da Festa en si, e comeza co traslado da imaxe de San Gonzalo dende a Basílica de San Martiño ata a súa ermida na Agrela. Remata a festa  o fin de semana despois da verbena co retorno da imaxe dende a ermida a San Martiño.

A prensa, entre os moitos titulares que empregou para falar da festa, dicíanos que era unha celebración que se levaba realizando máis de trescentos anos. Podemos pensar que é unha esaxeración por parte da xornalista para que o lector se achegue ao artigo, pero, se pensamos iso estamos enganados, a xornalista non esaxerou senón que se quedou algo curta.

Documentalmente falando, e como xa temos referenciado en varias ocasións, a noticia máis antiga sobre o traslado da imaxe de San Gonzalo ata a súa ermida data do ano 1671, polo tanto dende hai 354 anos celébrase esa tradición; pero resulta que é máis antiga aínda.

Pensemos que o culto a San Gonzalo na actual basílica de San Martiño era anterior ao século XVI. Sabemos que a pintura do milagre de San Gonzalo, que se conservou íntegra ata mediados do XVIII, databa do ano 1505; aínda que arquiveiro catedralicio, don Henrique Cal Pardo, coidaba que a data que aparecía no mural non era a da súa creación, senón da súa reconstrución, que trataba máis dun repintado dunha pintura anterior que a execución dunha nova.

Nese mesmo século XVI existen dúas referencias escritas  relativas ao culto a San Gonzalo: unha, en 1540, que nos di que si, ao pasar polo rego de Lavalas mans, rezabas un noso pai en honra de Xesús Cristo e outro en honra a San Gonzalo gañábanse cen días de indulxencia.

A segunda é de 1549, ano no que o  cóengo Xoán Bautista Madrid visitaba a igrexa de San Martiño atopándose cunha “imagen que estaba en un altar que dixeron que hera de un obispo, que fuera obispo del dicho monasterio siendo catedral, y mandola poner en la sacristia e que mas no lo tubiesen alli atento que le consto que a la dicha ymagen la adoraban y hazian otros sacrificios y ofrendas no siendo de Sancto conoçido ni canonizado porque ansi era debido”.

O texto anterior estanos a falar da existencia dun culto a San Gonzalo moi presente na parroquia, razón pola cal coidamos que a orde dada polo cóengo non tivo aceptación ningunha.

Somos conscientes que ambas referencias non falan, en ningunha das dúas, da existencia da ermida do Bispo Santo; pero hai un documento, este redactado no ano 1569, que nos fala da compra, por parte do Oidor Saavedra, de varios casais e propiedades nas parroquias de San Martiño, Vilaronte e Foz. Unha delas era un muíño situado en Mourente que lindaba “de otra parte en otro camyno que ba de Mourente para la ermida de Agrelo”. Polo tanto xa existía a ermida e, polo tanto, o culto e a romaría.

A fins do primeiro cuarto do século XVII, en 1625, ten lugar un enfrontamento entre o cabido mindoniense e o párroco de San Martiño. A razón hai que buscala no desexo, por parte dos membros da catedral, de recadar eles as esmolas que se recollían na ermida do Bispo Santo. Por esa razón mandaran ao cóengo Francisco Paternina. Este home subía ata a ermida para colocar cadeados, tanto na porta principal como na capela maior, para poder eles recadar as citadas esmolas. O citado cóengo dicíanos que “en la dicha hermita se azen y ban a ella cruces de alderedor y ban a la dicha hermita los domingos y dias de fiesta algunos debotos y romeros.

Esta afirmación fainos pensar que o traslado da imaxe de San Gonzalo, acompañado das cruces parroquiais, tiña lugar xa antes de 1625. Seguramente, de pensar iso, non estaríamos errados pero, por prudencia, tomamos o ano 1671 como primeira referencia documental ao traslado da imaxe de San Gonzalo, aínda que cada vez somos máis partidarios de retrasar esa data ata 1625.

Que pasou nese ano de 1671?

O día da véspera da Ascensión acudían a San Martiño os curas de varias parroquias acompañados dos seus fieis, que camiñan detrás da cruz parroquial. En caso de que un párroco non acudise un ano sería multado co pago dun carneiro a favor do cura de San Martiño. Este, pola contra, tiña a obriga de dar de comer a todos os párrocos que acudisen á procesión, e que non eran poucos, pois, e segundo a documentación, “La bispera de la Ascenssion concurren y son obligados las siguientes cruzes a benir a la hermita del gloriosso San Gonzalo: La de Mouzide, San Esteban de Mouçide, Nuestra Señora de Bacoy, Santo Azisclo, Santa Cecilia, San Esteban de Oyran, San Gillao de Cordido, San Julian de Nois, San Pedro de Cangas, Santiago de Façouro, San Juan de Villaronte y Santiago de Foz”.

Para organizar tan numeroso grupo no acto do traslado da imaxe de San Gonzalo acórdase que en primeiro lugar iría a cruz parroquial de San Martiño, da que forman parte o cura e todos os sacerdotes beneficiados da parroquia. Despois dela irían as cruces de Vilaronte e Foz e despois todas as demais.

O problema xorde cando se chega a un lugar estreito polo cal as dúas cruces non pasan xuntas; como ningunha das dúas quería ceder o segundo posto presentouse unha demanda, que, para aforrar cartos, a someteron ao ditame de Lourenzo López de Moscoso. Este salientable persoeiro ditaminaba que era a cruz de Vilaronte a que debería pasar en segundo lugar, pero os de Foz non estaban por acatar esa norma e na seguinte procesión, en vez de agardar a que pasara Vilaronte, coláronse eles.

Esta tensa situación estala no ano 1671, ano no que “hubo junto a la capilla otra contienda entre los vecinos de Foz y los de Villaronte, viven aun oy testigos presenciales  y  me aseguran que hasta las mugeres de Villaronte traian debaxo de las ropas las mazas del lino y venian de mano armadas y comenzaron a sacudir a los de Foz. Estos, sin embargo de ir bien  descuidados, hicieron una defensa mui estremada ganando el terreno y haziendoles huir dispersos”.

O máis grave deste enfrontamento parroquial non foron os feridos (que logo curarían) senón que a parroquia de Vilaronte mudou a peregrinación e deixou de acudir ao Santo para dirixirse á capela da Virxe do Carme de San Martiño; Santo Acisclo e Santa Cilla tamén deixaron de concorrer á romaría do Santo “y las mas cruzes, presumo yo, faltan desde dicho año de 71. Solamente Foz persevera sin decadencia hasta oy”. Quen isto escribía era parte interesada pois trátase do párroco focense don Diego de Quindós, no ano 1753.

A principios do século XVIII, en 1704, confecciónase un expediente para remitir a Roma solicitando a santidade de San Gonzalo, porque aínda que non o pareza, e despois de tantos anos, non estaba canonizado oficialmente, nin o está agora.

Interésanos este documento pola información que facilita sobre o poder de convocatoria desta festa pois dinos  que ademas de la devocion que en este obispado se tiene con dicho Santo, concurren del principado de Asturias y otras partes muchas personas enfermas y achacosas y los que pasan en peregrinazion al Apostol Santiago acuden asi mismo a visitar la ermita de dicho Santo y hazen alli sus romerias”.

E así chegamos ao século XIX cunha romaría do Santo que convocaba a “multitud de navegantes en grata conmemoración del naufragio de la escuadra normanda acaecido en alta mar, frente a dicha capilla por los años 846, siendo San Gonzalo obispo de la iglesia de San Martín”, tal e como Pascual Madoz nos dice no seu dicionario do ano 1848.

En 1867, Villaamil e Castro, mencionaba a ermida do Santo informándonos que nela “se da una concurrida romería en el lunes de la Pascua de Pentecostés, hoy ya no tan productiva como en otros tiempos de exvotos y ofrendas”.

A festa, tal en como relataba Villaamil en 1869, comezaba pola mañanciña do luns de Pascua de Pentecostes, momento no que os camiños que subían cara a ermida empezaban a encherse de xente  de ágiles marineros ... de tardíos paisanos, cultivadores ...de tal cual rapaza garrida luciendo en su cabeza y hombros pañuelo y dengue de llamativos colores, y de no pocas vellas un tanto supersticiosas“.

Para Villaamil esta romaría non se diferenciaría das noutras se non fose porque esta tiña algo distinto a todas as demais “el lúbrico atractivo de ser de rigor el pasar la noche al raso en las inmediaciones del santuario, agradable ya que no muy pudorosamente mezclada la mocería de ambos sexos” (Villaamil 1869). Iso de quedarse a durmir no Santo resulta máis antigo do que, seguramente, pensábamos.

De igual maneira que fan hoxe en día, os mordomos da ermida (o que hoxe ben sendo a Comisión de Festas) ían polas casas pedindo para a festa e, a diferencia do que hoxe acontece, recibían froito, que podía ser millo (en menor medida) e trigo. Todo o recadado vendíase e con eses cartos pagaban a festa; aparte do froito, algúns devotos entregaban cartos para a realización da festa.

Todo o recadado empregábase en pagar gastos de índole litúrxica: ao sacerdote que viña oficiar a misa, aos predicadores que traían de Mondoñedo para dar o sermón o día da festa (entre eles sobresae a figura de frei Mariano), aos cantores que axudaban ao prior e en cera para a velas.

Tamén existía unha grande partida de gastos lúdicos: o pago aos músicos e aos fogueteiros polos fogos de artificio que se tiraban.

Nas notas do libro de fábrica desta festa figura un gasto de 30 reais, pagados en 1871 aos “musicos rurales por asistir y tocar a la misa mayor el dia de la función; a las vísperas y acompañar a la imagen del Santo Obispo desde la Yglesia a su capilla”.

Polo tanto aquí temos a constatación documental de que o traslado da imaxe dende San Martiño ata o Bispo Santo continuaba a realizarse o día antes da festividade, tal e como acontecía no século XVII.

Esta festa do Santo, tanto o traslado, como a romaría ou o retorno da imaxe de San Gonzalo a San Martiño de Mondoñedo ten moita máis historia e tradición do que poidamos pensar.

 

 

 

Se algunha persoa quere preguntar algo sobre este tema, ou outros, pode facelo no seguinte correo electrónico cronistadefoz@gmail.com