Foto sacada do blog Miscelánea mindoniense, artigo publicado o día 14/05/2010.
Este artigo recolle algunhas das referencias periodísticas que puidemos
atopar sobre a festa do San Lourenzo na prensa galega do século XIX. Somos
conscientes de que seguramente se nos escaparon moitas pero agardo que o lector
saiba perdoar xa que prometemos que, en caso de atopalas, aparecerán en
posteriores artigos.
O primeiro artigo periodístico atopámolo no xornal El Eco de Galicia, no seu número do 17 de setembro de 1882,
no que podemos ler: “Caminábamos unos cuantos amigos montados en rezagantes mulas, el día
10 del corriente.
Apenas si había
amanecido y desde la altura de Mañente, divisábamos un pueblo medio envuelto
entre la niebla, el brazo de mar que lo circunda estaba tranquilo como un lago
y las lanchas del puerto amarradas, como descansando de sus fatigas.
Nada; ni el ruido
de un remo, ni el canto de marino turbaba aquel silencio de un pueblo dormido,
fatigado con el movimiento propio de la víspera de una fiesta y descansando
para entrar de nuevo en la alegría, en la algazara, en el bullicio que por San
Lorenzo hay en Foz, pues este era el pueblo.
Sólo llamaba
nuestra atención lo bello del paisaje, el graznido de las gaviotas y allá en
lontananza un vapor que surcaba el cantábrico rápida y majestuosamente,
burlándose de nosotros con su penacho de humo y su suave balanceo.
Al poco rato
llegamos al termino de nuestro viaje, y mis compañeros marcharon á sus
respectivas posadas mientras yo subía a descansar á la casa de un querido
pariente.
Molestado un
tanto, creí oportuno reconciliarme con Morfeo, y apenas había cerrado los
párpados, cuando los acordes de una música, tocando una alegre diana me
hicieron levantar y arreglarme para salir á la calle.
Muy luego estuve
en ella y bien creí por el momento hallarme en Mondoñedo; no se veían mas que
mindonienses; por todos los lados había caras conocidas y entre dar apretones
de manos y sacar el sombrero pasé un buen rato; familias fueron á Foz que por
llevar, hasta perros y no sé si gatos
han llevado, y muy pocas casas hubo que no tuviesen su representante; yo por mi
sé decir, y convienen todos en ello, incluso los de Foz, que no se acuerda un
año de tanta concurrencia al San Lorenzo.
Bastante número de
mis bellas paisanas se había reunido para oír misa y los hombres también
concurrimos con gran voluntad á cumplir el precepto de la Iglesia , teniendo ocasión
con tal motivo de admirar la hermosura de la de Foz y oír una magnífica oración
sagrada a nuestro amigo y convecino don Manuel Noriega, camarero secreto de Su
Santidad.
Salimos del templo
esperando la procesión para ver el palio nuevo que por cierto ha gustado mucho;
y cuando aquella recorría la plaza, un ruido espantoso suspendió los ánimos de
todos y llenó de pánico al pueblo entero.
Fue el caso que,
al ascender una de esas malditas bombas de dinamita, que no concluyen de
desterrarse de nuestro país, saltó una chispa en otras que estaban cerca, y
estallaron cinco ó seis dentro de la misma casa desde donde se tiraban. En el
primer momento todo era confusión y espanto y nadie sabía dar razón de lo que pasaba,
sólo se convenía en que ardía la cas ay las voces de desconsuelo contristaban
al más valiente; por fin se restableció un tanto la calma, pues se vio que no
había fuego, entonces subí á la casa y supe con gran satisfacción que no
hubiera ninguna desgracia personal, lo cual parecía verdaderamente milagroso,
pues cuartos, salas, ventanas, balcones y patrios, estaban atestados de gente
cuando ocurrió el suceso.
He visto el piso
muy destrozado y bastantes desperfectos en algunos muebles.
Una señora de las
que en la casa se encontraban tuvo el valor, cuando empezaron á arder las
bombas, de recoger una porción de ellas que había sobre una silla, evitando de
seguro con esto una horrorosa catástrofe.
Foto sacada da Voz de Galicia no seu formato dixital.
Un chico se arrojó
á la calle por un balcón librándose de una desgracia cierta, pues al pié de
éste estalló una de las bombas, destrozándolo en gran parte.
Lo queme chocó
mucho fue un bonito canario, que á pesar de haberse caído el fondo de la jaula
á causa del estampido, se quedó el animal sin duda tan atolondrado que ni se le
ocurrió escapar.
Por fin, la
procesión continuó su camino y todo el mundo hizo los correspondientes
comentarios y promesas de no acercarse jamás al sitio donde se tirase un
cohete; señoritas hubo que todo el día estuvieron intranquilas y se asustaban
hasta del ruido de un beso… en la mejilla de una amiga.
Por la tarde se
celebró la fiesta con gran animación y entre bailes, paseos y recorrer la ría
en pequeños botes, se pasó muy bien el tiempo.
Pero faltaba aún
lo mejor. El sexo feo de la colonia mindoniense tuvo un acuerdo feliz. Pensó en
obsequiar á sus encantadoras paisanas de la mejor manera posible y se contrató
la música para todo el día siguiente, con objeto de celebrar un baile campestre
y disfrutar antes una bien condimentada paella.
Con efecto, cuando
creímos que la fiesta se había terminado, observamos que aún empezaba, nos
retiramos el jueves pensando en el viernes y hubo joven que no durmió con la
alegría.
Llegó el viernes,
la música recorrió las calles obsequiando á las jóvenes y los mindonienses nos
fuimos reuniendo para marchar al campo y celebrar la fiesta en el hermoso sitio
denominado la Garita.
Hubo sus
inconvenientes para que las señoritas asistieran al baile, nacidos de ciertas preocupaciones
que es necesario vayan desapareciendo.
Por fin todo se
arregló en buena armonía y en medio de la mejor fraternidad se celebró el
festín.
Vistoso y
encantador á la par era el cuadro que se destacaba en la Garita; las parejas de
baile, dando vueltas al compás de la música; las mamás sentadas bajo magnífica
tienda de campaña, improvisada en el mismo día; los curiosos y extraños
formando grupos sin atreverse á tomar parte en nuestra fiesta; el océano
bramando á nuestros pies sin duda molestado por los dulces y amorosos coloquios
que á sus orillas tenían lugar; Barreiros al otro lado de la ría; Marzán á la
izquierda; allá a lo lejos el horreo de Tapia y muy cerca de nosotros un joven
que pensativo y melancólico miraba para el horizonte buscando algo que sin duda
estaba lejos.
Bailando pasamos
la tarde y cantando regresamos á Foz. Cualquiera creería que todos estábamos
sin penas y en verdad que en aquel momento no habría quizás dos que las
recordasen, porque sin ellas nadie está.
Como remate de
fiesta tuvimos otro pequeño baile en casa del señor Veiga, que con exquisita
amabilidad nos la cedió y elevamos un globo que descendió tres veces después de
subir muy alto, ardiendo en la cuarta ascensión.
Esta fue la fiesta
de San Lorenzo, llamada á dejar gratísimo recuerdo á todos los que e ella
asistimos. A los mindonienses se debe que esta año haya sido como nunca.
No quiero, sin
embargo, cerrar esta ya pesado y desaliñado relato, escrito con la mejor
voluntad para complacer á muchísimos suscriptores de El Hermandino, sin
tributar un afectuoso recuerdo á la colonia rivadense, que también estuvo en
Foz, compuesta en su mayor parte de una porción de señoritas tan amables, tan
simpáticas, tan animadas como todas las de Rivadeo á cuyo pueblo profesamos
especial afecto.
Firma o autor deste artigo co seudónimo de Platá-Platá.
SAN LOURENZO. 1889, 9 de agosto.
Gaceta de Galicia: Diario de
Santiago.
A persoa que facía de correspondente deste periódico, destinado en Foz
escribe o seguinte: “Llegan muchas familias estos días con motivo de las próximas fiestas
de San Lorenzo aunque á muchas les trae aquí el deseo de tomar baños, la mayor
parte de Mondoñedo, de suerte que tenemos aquí una numerosa colonia que hace
pasar agradablemente el tiempo(…) Hállase en esta ría el quechemarín
Concepción, que al entrar quedó barado resultando inútil, pues se destrozó casi
por completo aunque no resultaron desgracias (…) Con motivo de las anunciadas
fiestas llegó a esta la música de Mondoñedo. Prometen estar muy solemnes y
concurridas”.
SAN LOURENZO. 1890, 14 de
agosto.
Gaceta de Galicia: Diario de
Santiago.
Falando da festa de San Lourenzo di que “este año estuvieron muy desanimadas y con
mucha menos concurrencia que los anteriores. El motivo es grave. Hace tiempo
que aquel hermoso puerto se encuentra invadido de viruela”.
SAN LOURENZO. 1891, 24 de
agosto.
Gaceta de Galicia: Diario de
Santiago.
“Con gran animación se celebraron las fiestas del patrón San Lorenzo,
los festejos llamaron menos la atención que de años anteriores.”
SAN LOURENZO. 1892, 3 de
agosto.
Gaceta de Galicia: Diario de
Santiago.
Tan so aparece unha moi breve nota na que se pode ler “para los días 9, 10 y 11 habrá también
grandes festejos en la Foz, dedicadas a San Lorenzo”.
SAN LOURENZO. 1899, 16 de agosto.
El Correo de Lugo.
Tan so unha nimia nota na que se pode ler: “La
fiesta de San Lorenzo en Foz ha estado muy concurrida y animada”.
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