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miércoles, 12 de agosto de 2015

FESTAS DO SAN LOURENZO SEGUNDO A PRENSA DO S. XIX.

    Cuarteto Brisas do Masma no San Lourenzo. 1963.
    Foto sacada do blog Miscelánea mindoniense, artigo publicado o día 14/05/2010.


Este artigo recolle algunhas das referencias periodísticas que puidemos atopar sobre a festa do San Lourenzo na prensa galega do século XIX. Somos conscientes de que seguramente se nos escaparon moitas pero agardo que o lector saiba perdoar xa que prometemos que, en caso de atopalas, aparecerán en posteriores artigos.

O primeiro artigo periodístico atopámolo no xornal El Eco de Galicia, no seu número do 17 de setembro de 1882, no que podemos ler: Caminábamos unos cuantos amigos montados en rezagantes mulas, el día 10 del corriente.
Apenas si había amanecido y desde la altura de Mañente, divisábamos un pueblo medio envuelto entre la niebla, el brazo de mar que lo circunda estaba tranquilo como un lago y las lanchas del puerto amarradas, como descansando de sus fatigas.
Nada; ni el ruido de un remo, ni el canto de marino turbaba aquel silencio de un pueblo dormido, fatigado con el movimiento propio de la víspera de una fiesta y descansando para entrar de nuevo en la alegría, en la algazara, en el bullicio que por San Lorenzo hay en Foz, pues este era el pueblo.
Sólo llamaba nuestra atención lo bello del paisaje, el graznido de las gaviotas y allá en lontananza un vapor que surcaba el cantábrico rápida y majestuosamente, burlándose de nosotros con su penacho de humo y su suave balanceo.
Al poco rato llegamos al termino de nuestro viaje, y mis compañeros marcharon á sus respectivas posadas mientras yo subía a descansar á la casa de un querido pariente.
Molestado un tanto, creí oportuno reconciliarme con Morfeo, y apenas había cerrado los párpados, cuando los acordes de una música, tocando una alegre diana me hicieron levantar y arreglarme para salir á la calle.
Muy luego estuve en ella y bien creí por el momento hallarme en Mondoñedo; no se veían mas que mindonienses; por todos los lados había caras conocidas y entre dar apretones de manos y sacar el sombrero pasé un buen rato; familias fueron á Foz que por llevar, hasta  perros y no sé si gatos han llevado, y muy pocas casas hubo que no tuviesen su representante; yo por mi sé decir, y convienen todos en ello, incluso los de Foz, que no se acuerda un año de tanta concurrencia al San Lorenzo.
Bastante número de mis bellas paisanas se había reunido para oír misa y los hombres también concurrimos con gran voluntad á cumplir el precepto de la Iglesia, teniendo ocasión con tal motivo de admirar la hermosura de la de Foz y oír una magnífica oración sagrada a nuestro amigo y convecino don Manuel Noriega, camarero secreto de Su Santidad.
Salimos del templo esperando la procesión para ver el palio nuevo que por cierto ha gustado mucho; y cuando aquella recorría la plaza, un ruido espantoso suspendió los ánimos de todos y llenó de pánico al pueblo entero.
Fue el caso que, al ascender una de esas malditas bombas de dinamita, que no concluyen de desterrarse de nuestro país, saltó una chispa en otras que estaban cerca, y estallaron cinco ó seis dentro de la misma casa desde donde se tiraban. En el primer momento todo era confusión y espanto y nadie sabía dar razón de lo que pasaba, sólo se convenía en que ardía la cas ay las voces de desconsuelo contristaban al más valiente; por fin se restableció un tanto la calma, pues se vio que no había fuego, entonces subí á la casa y supe con gran satisfacción que no hubiera ninguna desgracia personal, lo cual parecía verdaderamente milagroso, pues cuartos, salas, ventanas, balcones y patrios, estaban atestados de gente cuando ocurrió el suceso.
He visto el piso muy destrozado y bastantes desperfectos en algunos muebles.
Una señora de las que en la casa se encontraban tuvo el valor, cuando empezaron á arder las bombas, de recoger una porción de ellas que había sobre una silla, evitando de seguro con esto una horrorosa catástrofe.

    Foto sacada da Voz de Galicia no seu formato dixital.

Un chico se arrojó á la calle por un balcón librándose de una desgracia cierta, pues al pié de éste estalló una de las bombas, destrozándolo en gran parte.
Lo queme chocó mucho fue un bonito canario, que á pesar de haberse caído el fondo de la jaula á causa del estampido, se quedó el animal sin duda tan atolondrado que ni se le ocurrió escapar.
Por fin, la procesión continuó su camino y todo el mundo hizo los correspondientes comentarios y promesas de no acercarse jamás al sitio donde se tirase un cohete; señoritas hubo que todo el día estuvieron intranquilas y se asustaban hasta del ruido de un beso… en la mejilla de una amiga.
Por la tarde se celebró la fiesta con gran animación y entre bailes, paseos y recorrer la ría en pequeños botes, se pasó muy bien el tiempo.
Pero faltaba aún lo mejor. El sexo feo de la colonia mindoniense tuvo un acuerdo feliz. Pensó en obsequiar á sus encantadoras paisanas de la mejor manera posible y se contrató la música para todo el día siguiente, con objeto de celebrar un baile campestre y disfrutar antes una bien condimentada paella.
Con efecto, cuando creímos que la fiesta se había terminado, observamos que aún empezaba, nos retiramos el jueves pensando en el viernes y hubo joven que no durmió con la alegría.
Llegó el viernes, la música recorrió las calles obsequiando á las jóvenes y los mindonienses nos fuimos reuniendo para marchar al campo y celebrar la fiesta en el hermoso sitio denominado la Garita.
Hubo sus inconvenientes para que las señoritas asistieran al baile, nacidos de ciertas preocupaciones que es necesario vayan desapareciendo.
Por fin todo se arregló en buena armonía y en medio de la mejor fraternidad se celebró el festín.
Vistoso y encantador á la par era el cuadro que se destacaba en la Garita; las parejas de baile, dando vueltas al compás de la música; las mamás sentadas bajo magnífica tienda de campaña, improvisada en el mismo día; los curiosos y extraños formando grupos sin atreverse á tomar parte en nuestra fiesta; el océano bramando á nuestros pies sin duda molestado por los dulces y amorosos coloquios que á sus orillas tenían lugar; Barreiros al otro lado de la ría; Marzán á la izquierda; allá a lo lejos el horreo de Tapia y muy cerca de nosotros un joven que pensativo y melancólico miraba para el horizonte buscando algo que sin duda estaba lejos.
Bailando pasamos la tarde y cantando regresamos á Foz. Cualquiera creería que todos estábamos sin penas y en verdad que en aquel momento no habría quizás dos que las recordasen, porque sin ellas nadie está.
Como remate de fiesta tuvimos otro pequeño baile en casa del señor Veiga, que con exquisita amabilidad nos la cedió y elevamos un globo que descendió tres veces después de subir muy alto, ardiendo en la cuarta ascensión.
Esta fue la fiesta de San Lorenzo, llamada á dejar gratísimo recuerdo á todos los que e ella asistimos. A los mindonienses se debe que esta año haya sido como nunca.
No quiero, sin embargo, cerrar esta ya pesado y desaliñado relato, escrito con la mejor voluntad para complacer á muchísimos suscriptores de El Hermandino, sin tributar un afectuoso recuerdo á la colonia rivadense, que también estuvo en Foz, compuesta en su mayor parte de una porción de señoritas tan amables, tan simpáticas, tan animadas como todas las de Rivadeo á cuyo pueblo profesamos especial afecto.

Firma o autor deste artigo co seudónimo de Platá-Platá.


SAN LOURENZO. 1889, 9 de agosto.  

Gaceta de Galicia: Diario de Santiago.

A persoa que facía de correspondente deste periódico, destinado en Foz escribe o seguinte: “Llegan muchas familias estos días con motivo de las próximas fiestas de San Lorenzo aunque á muchas les trae aquí el deseo de tomar baños, la mayor parte de Mondoñedo, de suerte que tenemos aquí una numerosa colonia que hace pasar agradablemente el tiempo(…) Hállase en esta ría el quechemarín Concepción, que al entrar quedó barado resultando inútil, pues se destrozó casi por completo aunque no resultaron desgracias (…) Con motivo de las anunciadas fiestas llegó a esta la música de Mondoñedo. Prometen estar muy solemnes y concurridas”.

SAN LOURENZO. 1890, 14 de agosto.

Gaceta de Galicia: Diario de Santiago.

Falando  da festa de San Lourenzo di que “este año estuvieron muy desanimadas y con mucha menos concurrencia que los anteriores. El motivo es grave. Hace tiempo que aquel hermoso puerto se encuentra invadido de viruela”.

SAN LOURENZO. 1891, 24 de agosto.

Gaceta de Galicia: Diario de Santiago.

“Con gran animación se celebraron las fiestas del patrón San Lorenzo, los festejos llamaron menos la atención que de años anteriores.”

SAN LOURENZO. 1892, 3 de agosto.

Gaceta de Galicia: Diario de Santiago.

Tan so aparece unha moi breve nota na que se pode lerpara los días 9, 10 y 11 habrá también grandes festejos en la Foz, dedicadas a San Lorenzo”.


SAN LOURENZO. 1899, 16 de agosto.

El Correo de Lugo.

Tan so unha nimia nota na que se pode ler: “La fiesta de San Lorenzo en Foz ha estado muy concurrida y animada”.



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