Se consultamos na Wikipedia veremos que Pedro de Pidal
e Bernaldo de Quirós (nado en Somio o 2 de novembro de 1870 e morto en Xixón o
17 de novembro de 1941) era o I marqués de Villaviciosa.
Pedro Pidal era fillo de Alexandre Pidal e Mon,
presidente do Congreso de Deputados, embaixador na Santa Sede e director da
Real Academia Española e de Ignacia Bernaldo de Quirós e González de Cienfuegos,
filla do marqués de Campo Sagrado.
Con 26 anos Pedro Pidal, recentemente licenciado en
dereito, resulta elixido como deputado ás Cortes españolas, representaba ao
distrito electoral de Belmonte de Miranda. Posteriormente volta a ser elixido
como deputado ás Cortes polos distritos de Luarca e Mondoñedo.
No mes de agosto de 1900 decide facer unha visita polo
distrito electoral de Mondoñedo, sendo agasallado por todo tipo de autoridades.
Aparte de ser deputado nas Cortes, Pedro Pidal acababa de gañar a medalla de
prata( o día 27 de xuño), na modalidade de tiro ao pichón, nos xogos olímpicos
que se estaban a celebrar en París.
O interesante desta visita radica non na visita en si
senón en que persoeiros focenses o reciben para coñecer quen era quen no noso
concello, no artigo define a este grupo de persoas que reciben ao deputado como
“buenos focenses” e cando menciona as
persoas que estiveron na recepción do deputado di “en ella vimos a todo lo que en Foz significa y vale”.
Para saber cales eran os “buenos focenses” debedes de
ler a seguinte noticia publicado o 4 de agosto no periódico El Regional.
NOTICIA.
EL REGIONAL nº 8958, 4 agosto de 1900.
De Mondoñedo.
Gustoso, cual
siempre, querido director, voy ´adarle razón de la visita de nuestro ilustre
diputado á Cortes al distrito de Foz.
Empero, antes
de tan grata tarea, haré constar que además de las personas de significación
que saludaron al Señor Pidal y de que dejo hecho mérito en mis anteriores,
cumplimentáronle los señor Don Julián Hervás y don Manuel García Ledo, deán y
canónigo respectivamente de esta S.I.C.; don Gerardo Álvarez Jimenez y don
Manuel Mosquera Santiso, registrador y propietario y don Antonio Noriega
Varela, lauredado vate mindoniense, quien recitó algunas de sus poesías que
agradaron mucho á nuestro joven representante en Cortes.
Con una
hermosa mañana y en los coches cedidos galantemente por la viuda de don Juan
Gayón, hicimos el recorrido desde esta episcopal ciudad al cercano puerto de
Foz, uniéndosenos en la pintoresca Villanueva su digno exalcalde señor Ron
Colmenero y en Pozo Mouro, el no menos digno y celoso de aquel punto don José
Reimunde, llegando a las once de la misma.
Allí nos
esperaba el ayuntamiento en pleno, con su inteligente secretario don José
Candia Villares, la música de Ferreira que ya he citado en mi anterior, bombas
de palenque lanzadas al espacio y todo el pueblo de Foz y la colonia
mindoniense que en sus cercanías veranea.
Precedidos de
la banda, pasamos todos á la casa del propietario y acreditado comerciante don Ramón López,
cedida con satisfacción al señor Reimunde, en donde tuvo lugar la recepción. En
ella vimos á todo lo que en Foz significa y vale. La memoria no retiene tanto
nombre, y preciso sería una lista que resultaría interminable; solo recordamos
á los señores José María Chao Fernández, cura párroco; don Ramón Reimunde,
propietario; don Eliseo Martínez Pillado, abogado, ex alcalde y ex diputado
provincial; don Juan Armas, párroco de Villaronte, don Félix Moreda, presbítero
de Santa Cecilia; don Antonio Rego Díaz, coadjutor de San Martín de Mondoñedo;
don José López Rodríguez, propietario; don Eladio Candia Río, médico; don
Genaro Salgado, propietario y ex juez municipal, don Victoriano Pillado
Pedrosa, propietario; don Ladislao Veiga, propietario e industrial; don Mnauel
Alonso Pérez, propietario; don Ramón Díaz Bao, propietario; don Feliciano
Maseda, propietario; don Antonio Parga, propietario; don Francisco L. Couto y
su hermano don Carlos propietarios y parientes del banquero de Ribadeo señor
Casas; don Celestino del Riego, propietario y ex juez de Lorenzana; don José
María Rocha, propietario y don Abelardo Rodríguez Martínez, abogado, ex alcalde
y ex diputado provincial, ambos de Mondoñedo, que con sus familias pasan la
temporada estival en sus posesiones de Fazouro y Marzán.
En la propia
casa y después de recorrer el pueblo, ver la iglesia parroquial, cuyo aspecto
revela el cuidado y atenciones que para ella tiene su digno párroco y pasear
por el citado arenal para admirar la magnificencia que presenta el mar inmenso,
cuyas olas venían mansamente á estrellarse en sus orillas, deteniéndose en la
Rapadoira, obsequionos con un almuerzo, reinando la alegría y cordialidad más
fraternales. Y terminado est, por cierto bien servido y en el que no faltó
detalle alguno, pasamos a tomar café á la hermosa huerta que, dominando la
ribera, posee el mencionado señor López.
Allí reinó
también la cordialidad y alteza de miras, viéndose confundidos con el joven
diputado á todos los buenos focenses. Y en medio de tanta expansión y satisfacción
tanta, levantóse á hablar nuestro
representante ante los poderes públicos. Con la elocuencia arrebatadora de que
viene haciendo gala y verdadero derroche desde que pisó nuestro hidalgo suelo,
dirigió su saludo al pueblo de Foz; su voz ora potente cual el mar que ante su
vista se extendía, ora cadenciosa y suave, cual la brisa que del mismo mar
mecía las copas de los árboles que nos cobijan saturándonos de sales marinas,
ora de gratitud sincera y cordial, ora de venturas y dichas futuras, dejónos
tan gratamente impresionados, que todos, absolutamente todos, le aplaudimos y
felicitamos.
Contestóle en
breves, pero expresivas palabras, en nombre del clero y del distrito, el
ilustrado cura de Bacoy, don José Martínez Cobom quedando altamente satisfechos
de sus peroración.
Y departiendo
el señor Pidal, con la afabilidad que le caracteriza y tantas simpatías le
suma, con los señores Eliseo Martínez Pillado y don Abelardo Rodríguez Martínez
y don Victoriano Pillado, que pasaron nuevamente a saludarle y á quienes
obsequió, fue avisado de que los fomentadores de Foz querían saludar á su joven
Diputado.
¡ Magnífico y
grandioso espectáculo que tenía por término el mar enconmensurable!.
Crecido número
de embarcaciones engalanadas y en una de las cuales venía música tocando un
alegre paso-doble, presentóse á nuestra vista gratamente sorprendida.
De pié, en una
de ellas y sombrero en mano, saludó al digno hijo del presidente del Congreso y
eminente hombre público, el simpático joven, propietario y fomentador don
Ladislao Veiga Pillado, con breves pero bien dichas palabras que terminó con un
¡viva! a nuestro Diputado, contestado
por todos los tripulantes, que fue a perderse allá lejos.
Dije allá
lejos y no es verdad. Penetró en el alma del señor Pidal, quien con la emoción
en los labios y la gratitud en el corazón, respondió pronunciando un verdadero
discurso, que ha sido, por decirlo así, como el complemento sublime de todos
los suyos.
Después y
rodeado del pueblo de Foz pasó á Marzán desde donde se dirigió á casa de don
Eliseo Martínez, que obsequió al señor Pidal y a cuantos le acompañaron con pastas,
licores y cigarros.
Al caer la
tarde, en medio de las aclamaciones de los fozenses salimos para Mondoñedo
gratamente impresionados y agradecidos al buen reconocimiento y delicadas
atenciones que á todos nos habían dispensado.
El
Corresponsal, Mondoñedo, 1 Agosto de 1900.
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