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miércoles, 28 de enero de 2015

NAUFRAXIOS NA COSTA DE FOZ A PRICIPIOS DO SÉCULO


Cada pobo costeiro ten múltiples historias de afogados, historias de homes que un día marcharon traballar e nunca máis volveron, mais tamén temos historias de valor inusitado, nos que certos valentes, arriscando a súa propia vida, se tiran ao mar para salvar a xente que non coñecen de nada.
Neste artigo veremos como se afunde un barco de Foz e perden a vida o mariñeiro Xosé María González e os irmáns, tamén mariñeiros, Aquilino e Francisco Nécega. Pero tamén asistiremos a episodios de valor como os levados a cabo, no ano 1904, por Guillermo Díez, cabo de carabineiros do posto de Nois e polo mariñeiro focense Xesús Castiñeira, que tivo lugar no ano 1929.

A fatídica noticia do afundimento atopámola no periódico Diario de Pontevedra , saía publicaba o 2 de xuño de 1927:

TRAGEDIAS DEL MAR.

Mueren ahogados tres marineros de Foz.
Anteayer salió del puerto de Foz (Lugo), una embarcación tripulada por José María González, Aquilino Nécega y un hermano de éste llamado Francisco; los tres marineros, y a bordo de cuya embarcación fueron sorprendidos en la costa, a la altura de la parroquia de Nois, por un violento vendaval.
Los tripulantes de la embarcación perecieron ahogados.
En las primeras horas de la mañana, al recibirse la noticia en Foz del naufragio salieron en busca de los náufragos varios marineros que hallaron los cadáveres de los hermanos Nécega asidos a un banco fijo de la embarcación.

No fue encontrado el cadáver de José María González.
Se supone que haya sido arrebatado por un golpe de mar.
Uno de las victimas, Aquilino Nécega, deja viuda con dos hijos y próxima a dar a luz, José María también estaba casado y deja dos hijos.
La noticia de esta tragedia marítima ha producido gran consternación en el litoral lucense”.

No periódico El Progreso, do 2 de xuño de 1927 tamén se da conta desta noticia na súa primeira páxina, neste periódico informan do segundo apelido dos falecidos e así sabemos que un era Xosé María González Cortegasa e os outros dous eran Aquilino e Francisco Nécega Somoza.

O pobo de Foz, de igual maneira que todas aquelas poboacións costeiras, ten gravada na súa memoria a perda de homes coñecidos, arrebatados polo mar que nos da de comer, tal e como se fosen un prezo, sempre inxusto, que os homes de mar deben pagar. Mais tamén é nestas poboacións costeiras onde os homes de mar dan o mellor de si, arriscando as súas propias vidas para salvar a outros. Dous exemplos deste inusitado valor son os casos do cabo de Carabineiros do posto de Nois, Guillermo Díez Arribas e o do mariñeiro focense Xesús Castiñeira.

O primeiro exemplo atopámolo no periódico Norte de Galicia: diario político y de información, con data 30 de setembro de 1904. Nel podemos ler a seguinte noticia:

“Señor director de El Norte de Galicia, rogamos á Usted que se digne publicar la adjunta acta:
Los firmantes, marineros del barlote-lancha de pesca nombrada Antonio Animas, de la matrícula de Ribadeo y residentes en la parroquia de Fazouro, ayuntamiento de Foz = Certificamos: Que á las 17 horas del día  de ayer, al pretender entrar en el puerto de Nois, de arribada por el mal estado del mar, naufragó nuestra lancha arrojándonos sobre las rocas y habiendo de luchar con la furia de las olas que en aquellos momentos era imponente y de la cual pudimos salvarnos merced á la pronta intervención del cabo de Carabineros del mencionado Nois, Guillermo Díez Arribas y tres individuos del mismo puesto, sin la cual hubiéramos perecido indudablemente; por tal concepto expresamos nuestra gratitud al citado cabo y carabineros, por el arrojo que demostraron puesto que en algunas ocasiones se expusieron a ser arrastrados por el mar y muy especialmente al cabo que inmediatamente después del salvamento se apresuró a interrogarnos si habíamos recibido algún golpe ofreciéndonos hospitalidad en su casa, aí como alimentos y ropas. Y á fin de que puedan hacerle constar ante quien proceda extendemos el presente que firmamos en Fazouro á diez y siete de septiembre de mil novecientos cuatro. Francisco Pedreira, rubricado. Eliseo Pedreira, rubricado. Daniel García, rubricado. Francisco López, rubricado.

O segundo exemplo data do 9 de febreiro de 1929 e aparece publicado no periódico Renovación, que se editaba en Mondoñedo, a noticia é a seguinte:

En la mañana del lunes último ocurrió una desgracia marítima  a la entrada de la barra del puerto. Cuando se disponía a entrar el vapor “Chacartegui”, con cargamento de cemento, en un pequeño bote destacáronse los tripulantes José Ponte Verdes, Avelino Outes Arous y Amancio Charcote, con objeto al parecer de rondear si la marea daba suficiente calado para la entrada del mismo; la marejada era tan fuerte que un violento golpe de mar cubrió la embarcación llevándose a los tres ocupantes.
Milagrosamente y gracias a los prontos auxilios prestados por los hermanos Fraga lograron salvarse el Avelino y el Amancio, su infortunado compañero pudo ser extraído del fondo de las aguas con vida todavía el cuerpo del infortunado José Ponte Verdes, quien falleció una hora después. La humanitaria conducta del intrépido Jesús Castiñeira está mereciendo unánimes y fervorosas alabanzas de todas las gentes, que piden para el heroico marinero la cruz de beneficencia, sobradamente ganada por su nobilísimo acto de abnegado amor al prójimo. Haciéndonos eco del general sentir, estimamos de inexcusable justicia la incoación del oportuno expediente para que el mencionado resgo de humanitario arrojo no quede oscurecido, sin el debido premio.



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